A veces echo de menos sitios en los que nunca he estado, casas en las que nunca he vivido, dormitorios en los que nunca he dormido, personas a las que nunca he conocido, vidas que no son la mía. Cosas sencillas todas ellas, nada lujoso ni extravagante.
Es una sensación que me invade a veces y me resulta desconcertante.
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